Página:La sombra - Celín - Tropiquillos - Theros (1909).djvu/174

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
168
B. Pérez Galdós

por donde se le veían las carnes. Su gorra informe tenía por cintillo una cuerda de esparto, y otra prenda del mismo jaez le apretaba la cintura para que no se le cayesen los gregüescos.

—¿No tienes frío? — le preguntó compacida la señorita.

— No tal—replicó el otro saltando un gran trecho; y se puso á dar vueltas de carnero tan repetidas y con tanta presteza, que mareaba verle.

Tanta gracia y ligereza excitaron más la compasión de Diana, y siguiéndole por un callejón sombrío y tortuoso, le dijo: Mayor recompensa de la que te ofrecí te daré si te portas bien conmigo. ¿Cómo te llamas?

— Celín, para servirte.

—¿Tienes padre?

—Sí, pero no está aquí.

—¿Dónde?

Celín, dando un gran brinco, señaló á na estrella.

—¡Ah!, eres huérfano. ¿De qué vives? ¿Pides limosna? ¡Pobrecito! ¿Y quién te ampara? ¿Dónde vives? ¿Dónde duermes?

Celín contestó dando brincos mayores, y Diana admiraba la extraordinaria agililidad del muchacho, que al levantar los pies