Página:La sombra - Celín - Tropiquillos - Theros (1909).djvu/141

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
135
La sombra

él puebla á su antojo de seres, dándoles vida incongruente é ilógica, como la suya, poniéndoles en acción, atribuyéndoles hechos raros, disparatados, absurdos, como los suyos.

—Pues otro amigo mío—continuó el doctor, un sabio ilustre á quien yo conocía también desde muy atrás, me dijo que esto no era más que una enfermedad, y me habló de dislocación encefálica, de cierta disposición que tomaban los ejes de las celulillas del cerebro, polarizadas de un modo especial: me dijo también que los arseniatos obraban con eficacia en tal estado patológico, que los nervios ópticos sufrían una alteración sensible, y que producían las imágenes por un procedimiento á la inversa del ordinario, partiendo la primera sensación del cerebro, y verificándose después la impresión externadije, Yo no entiendo de Medicina pero que se trata aquí de un estado morboso, no puede dudarse. Yo he leído en el prólogo de un libro de Neuropatía, que cayó al azar en mis manos, consideraciones muy razonables sobre los efectos de las ideas fijas en nuestro organismo. Aquel autor disertaba sobre las aprensiones de los enfermos, de un modo raro, pero á mi ver no destituído de fundamento. Decía que la atención, fija cons-