Página:La sombra - Celín - Tropiquillos - Theros (1909).djvu/128

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
122
B. Pérez Galdós

aburriríamos. Él nos acompaña, y es tan amable... Nos divierte mucho contándonos historias íntimas. ¡Ah! ¡No sabes cuánto nos cautiva su conversación, sobre todo á Elena, que gusta de oir narrar aventuras! Ese hombre ha viajado mucho, y aunque joven, conoce el mundo como si hubiera vivido siglos.» «¿Y dice usted que yo le conozco? pregunté con ansiedad.»» B. PÉREZ GALDÓS 14 «¡Válgame Dios, qué hombre! Es lo mismo que si preguntaras si me conoce á mí. Tú no estás bueno. Anselmo, por. Dios, esa cabeza...» —

III

«Estas y otras razones cambiamos mi suegra y yo en aquel diálogo memorable. Ella se fué, porque le avisaron que Elena estaba con un síncope, y al poco rato, cuando aún no había yo tenido tiempo de aclarar un poco las ideas que lo indicado por mi suegra me sugería, entró un amigo mío muy querido, el cual me habló también cosas que no debo pasar en silencio, para mejor inteligencia de este raro suceso.

«Venía á saber de tu mujer — dijo oí decir que estaba mala. »