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Yerto y doblado monte, y tú, luciente

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Yerto y doblado monte, y tú, luciente
de Fernando de Herrera


Yerto y doblado monte, y tú, luciente
río de mi zampoña conocido, 
cuando de los pastores el gemido 
canté y mi mal con cítara doliente; 

si nunca en vuestra cima y pura fuente
de oír se deja mi dolor crecido, 
y si por el camino que han seguido 
otros, su afán llorando, voy presente, 

dos bellos ojos y un semblante honesto
son causa; que cantar bien deseara 
el principio y los fines de las cosas. 

El tiempo a todo pone en ser perfeto;
espero pues -si me es la edad no avara- 
mostrar cuán varias son y cuán hermosas.