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El cardenal Cisneros.

rales en un Soberano, que habia sido tan poderoso, y que asistia á su desposeimiento y á su humillacion, la cual llegó al punto de que no se le permitiera ver por entónces á su hija y de que no hubiera podido hablar á solas con su yerno, si al entrar en la pequeña ermita en donde debian celebrar la conferencia, seguidos sólo del Arzobispo Cisneros y del favorito Juan Manuel, el ilustre Prelado, cogiendo de un brazo á éste, no le sacara de la estancia como por la fuerza, diciéndole con gravedad: Señor Don Juan Manuel, no es conveniente que escuche mos la conversacion particular de nuestros Señores. Salid, yo seré el portero.

Nada consiguió el Rey Fernando de esta entrevista, ni aun el ver á su hija, y casi lo mismo vino á alcanzar de otra, algo más afectuosa, que se celebró más adelante entre los dos Reyes, si bien entonces consiguió D. Fernando de su yerno que se le tributasen en público las pruebas de consideracion y de respeto que se le debian; y con el alma herida, despidiéndose afectuosamente de los nobles reunidos de su antigua corte de Castilla, se dirigió á sus Estados de Aragon, y después á Nápoles, quizás confiado en que los desaciertos de D. Juan Manuel, la voracidad de los Flamencos y la inexperiencia del Rey Felipe le allanarian mejor que sus propios esfuerzos el camino de volver querido y respetado á Castilla; pues no sin razon dice el Príncipe de los historiadores que es cuerdo y prudente esperar en los yerros agenos, quod loco sapientiæ est, alienam stultitiam operiebantur.

XXXII.

Durante el corto período en que Felipe gobernó á España, Cisneros no tuvo grande influencia, bien que el Rey Fernando pidiera á su yerno que atendiera á su consumada pericia, y bien que el mismo Arzobispo, cortesano finísimo por demás en esta ocasion, dejara sin proveer el importante gobierno de Cazorla para esperar la llegada del Príncipe y consultar su gusto, cuando en tiempos de los Reyes Católicos, y apénas llegado á Arzobispo, recibió con gran desabrimiento al Mendoza, hermano de su protector, ya medio en posesion del cargo y recomendado de la Reina. Por cierto que al fin fué nombrado Adelantado de Cazorla un deudo cercano de Cisneros, D. Garcia de Villaroel, de quien dice el bufon de