Página:La sombra - Celín - Tropiquillos - Theros (1909).djvu/149

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
143
La sombra

porque otro nombre no merece tan horrendo delirio.

—Así es—contestó el doctor—; sólo que yo, para dar á mi aventura más verdad, la cuento como me pasó, es decir, al revés. En mi cabeza se verificó una desorganización completa; así es que cuando ocurrió la primera de mis alucinaciones, yo no recordaba los antecedentes de aquella dolorosa enfermedad moral.

—¿Y Elena...?—dije con intención de hacer una pregunta atrevida; pero me contuve por temor de herir la delicadeza del doctor.

—Ya sé lo que usted me quiere preguntar —contestó—: usted quiere saber lo que creo acerca de su conducta; si fué infiel ó no. Sobre este punto arrojo un velo; no me lo haga usted levantar. Nada sé ni he querido averiguarlo; prefiero la duda.

Después de decir esto, el doctor calló, sumergiéndose en sus ordinarias cavilaciones.

Yo no quise hacerle más preguntas, y, después de saludarle, me retiré; porque, á pesar del interés que él quería imprimir á su narración, yo tenía un sueño que no podía vencer sin dificultad. Al bajar la escalera me acordé de que no le había preguntado una cosa importante y que merecía ser aclarada, esto es, si la figura de Paris había vuelto á presentarse en el lienzo, como parecía natural. Pen-