Ir al contenido

El burro

De Wikisource, la biblioteca libre.
Fábulas argentinas
El burro

de Godofredo Daireaux


El burro había nacido bueno, alegre, sumiso, lleno de buena voluntad. Era feo, es cierto, pero se reía con tan buena gana, que a pesar de su voz horrenda, su rebuzno parecía canto. Se burlaban de él y de su facha: él sacudía las orejas y se reía, bonachón.


Pero, porque era bueno, empezaron a abusar de él. Era fuerte, por ser tan chico, lo cargaron demasiado; era sobrio, casi no le dieron de comer; era resistente, le hicieron trabajar más de lo que era posible. Y cuando ya no daba más, lo empezaron a maltratar.


Se le avinagró el genio; sus orejas no se movían ya risueñas, sino que las echaba para atrás, enojado, enseñando los dientes y aprontaba las patas.


Y el amo, desconfiando, a pesar de tener en la mano el palo amenazador, decía: «¡Qué malo es el burro!».